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Mujeres de cinco países árabes reciben formación como "embajadoras" de la paz

16 Junio 2021

Mujeres de Arabia Saudí, Siria, Irak, Líbano y Egipto participan en un proyecto de formación para ayudarlas a promover la cohesión social, contrarrestar el discurso del odio y responder a los desafíos de la COVID-19 en sus respectivas comunidades.

Impulsada por el KAICIID en colaboración con la Plataforma Interreligiosa para el Diálogo y la Cooperación en el Mundo Árabe, la iniciativa She for Dialogue es un proyecto piloto limitado inicialmente a un grupo selecto de países, pero que, en función de los resultados, pretende abarcar toda la región árabe, así como otras regiones del mundo.

"En el KAICIID creemos firmemente en el papel de las mujeres en la consolidación de la paz y el diálogo", afirma el Secretario General del KAICIID, Faisal Bin Muaammar. "Consideramos a las mujeres como aliados en igualdad de condiciones, por lo que hemos desarrollado un proyecto especial que pone de relieve su papel natural como constructoras de la paz".

Y añade: "Empoderar a las mujeres es nuestro objetivo y creemos que la única manera de conseguirlo realmente es mediante un enfoque inclusivo y multilateral. Si no trabajamos codo con codo, será muy difícil alcanzar soluciones compartidas para nuestros retos comunes".

Las participantes en el proyecto She for Dialogue reciben formación que las prepara para poner en práctica iniciativas de consolidación de la paz personalizadas para cada una de sus comunidades locales. Su formación finaliza con la presentación de un manual que les ayudará a poner en práctica una formación posterior para los miembros de la comunidad en sus localidades.

"Muchos estudios han demostrado que los procesos de paz son sostenibles cuando las mujeres desempeñan un papel activo en ellos, por lo que diseñamos este proyecto con el fin de empoderar a las mujeres y mejorar sus conocimientos y capacidades en las áreas temáticas del diálogo interreligioso, la cohesión social, la construcción de la paz y el pluralismo", afirma Sanaa Qasmieh, responsable de Asociaciones y Redes del KAICIID en la región árabe.

"De esta manera pueden convertirse en embajadores locales dentro de sus comunidades promoviendo la convivencia pacífica y la cohesión social", añade.

Diálogo y diversidad

El primer taller de formación tuvo lugar durante la última semana de mayo. Las cuatro sesiones se llevaron a cabo en línea debido a las restricciones del COVID-19 en cuanto a la asistencia en persona.

El primer día, las 25 participantes aprendieron la definición y los principios del diálogo de impacto.

A continuación, pasaron a debatir conceptos como la diversidad, el pluralismo y la dinámica de la identidad y la cultura.

El curso pasó a abarcar la integración de la perspectiva de género en el diálogo y la consolidación de la paz, así como las barreras que impiden la participación significativa de las mujeres en el diálogo.

En la última sesión, los participantes recibieron la intervención del Dr. Amer Al-Hafi, experto jordano en diálogo interreligioso e intercultural y asesor académico del Real Instituto de Estudios Interconfesionales de Jordania.

"Nuestro trabajo sobre la identidad y el multiculturalismo fue realmente importante", dice Amina Al-Thahabi, una participante de Irak que es miembro del Consejo Iraquí para el Diálogo Interreligioso, así como de la organización sin ánimo de lucro Masarat para el Desarrollo Cultural y de los Medios de Comunicación.

"Las principales habilidades que mejoré durante los talleres están relacionadas con el diálogo, especialmente cuando se abordan temas difíciles y controvertidos", añade. "Aprendí a hacer preguntas delicadas y a crear un espacio seguro para el diálogo".

Judi Sabat, asociada de comunicaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en su país de origen, Siria, dice que interactuar y compartir puntos de vista con mujeres de diferentes orígenes nacionales y religiosos fue una parte crucial de su experiencia de entrenamiento.

"Me presenté al proyecto porque soy feminista y me interesaba el diálogo entre mujeres. Debido al COVID-19, tuvimos que reunirnos por Zoom y temía que no fuera fácil romper el hielo y superar las barreras en línea, pero las facilitadoras consiguieron apoyarnos en este proceso."

Sabat, una abogada que también había participado en el Foro de la Juventud Árabe 2019 del KAICIID, piensa que el empoderamiento de las mujeres es especialmente importante en los países asolados por conflictos o que se están recuperando de ellos.

En Siria, explica, los estragos causados por la guerra en los hombres, en particular, hacen que la mayor parte de la población adulta sea femenina: "En un entorno muy conservador, en el que a las mujeres siempre se les dijo que se quedaran en casa, ahora son las encargadas de reconstruir la sociedad. Están liderando y criando solas a las nuevas generaciones, por lo que hay que empoderarlas".

Reconocer sus propios derechos

A la espera de participar en el segundo y tercer taller de formación, en septiembre y diciembre, las participantes del proyecto She for Dialogue están pensando en cómo diseñar y poner en marcha iniciativas de empoderamiento comunitario en sus países de origen.

Según Sabat, es crucial implicar a las mujeres de entornos desfavorecidos o más conservadores, que no suelen tener acceso a este tipo de oportunidades:

"Si siempre hablamos con las que ya tienen acceso a una educación adecuada y posibilidades de entrenamiento y mejora, otras mujeres permanecerán aisladas. Tenemos que involucrarlas y quizás, en una etapa posterior, incluso hablar con sus maridos y familias, para que podamos ver cómo la religión y las tradiciones influyen en sus vidas. Podemos hacerlo sin romper el equilibrio social del que forman parte".

La hermana Emily Tannous, directora del Departamento Teológico y Ecuménico del Consejo de Iglesias de Oriente Medio, así como miembro del comité directivo de She for Dialogue, cree que durante siglos las interpretaciones religiosas conservadoras fueron un obstáculo para la emancipación de la mujer en todo el mundo árabe. El acceso a la educación de las jóvenes y las niñas era crucial para que las mujeres pudieran reclamar papeles activos y de liderazgo dentro de la sociedad, afirma.

Sin embargo, a pesar de los recientes avances, los expertos afirman que en algunos países árabes se sigue percibiendo a las mujeres como algo secundario.

Siguen siendo necesarias las iniciativas destinadas a empoderar a las mujeres, como She for Dialogue, dice Tannous, que pertenece a la congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón en Líbano.

"Es crucial que las mujeres despierten y se informen, para que puedan reconocer sus propios derechos, y que reciban formación para que puedan tener confianza, habilidad e independencia".