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"Una fuerza poderosa": Semana de los objetivos mundiales, desarrollo sostenible y fe

16 Septiembre 2020

Antes de la celebración del Foro Interreligioso del G-20 y en el contexto de la Semana de los Objetivos Mundiales de las Naciones Unidas, el KAICIID está llamando la atención acerca del papel, a menudo no reconocido, de los agentes y las organizaciones religiosas en la consecución del Programa de las Naciones Unidas para 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).  

La Semana de los Objetivos Mundiales, que se celebra del 18 al 26 de septiembre, es un compromiso compartido por más de 100 aliados de la sociedad civil, empresas, el mundo académico y el sistema de las Naciones Unidas para acelerar los avances en materia de desarrollo sostenible, especialmente durante la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Este año, los retos para la consecución de la Agenda 2030 son más apremiantes que nunca, con una pandemia mundial que está causando reveses devastadores a los pobres y a los más vulnerables, un tema que está en el centro de los debates del próximo Foro Interreligioso del G20.

A través de una campaña de concienciación con un foco concreto, que puede verse siguiendo la etiqueta #G20interfaith en los canales de medios sociales del KAICIID, el Centro está elaborando un perfil de las organizaciones y personas que, motivadas por su fe, han dedicado sus vidas a atender las necesidades más básicas de todas las personas: agua potable y fuentes de alimentos sostenibles, energía asequible y limpia, igualdad de género, educación, ciudades y comunidades sostenibles.

"Las comunidades religiosas de todo el mundo se están uniendo en solidaridad con las Naciones Unidas y los líderes mundiales para proteger las vidas y los medios de subsistencia, abordar las desigualdades sistémicas y proteger el medio ambiente. Este es el eje de las asociaciones que se están fraguando en el Foro Interreligioso del G20 y la concienciación que se está creando durante la Semana de los Objetivos Mundiales", dijo Faisal bin Muaammar, Secretario General del KAICIID.

Los proyectos presentados se extienden por distintos continentes y muestran diversas asociaciones religiosas. En Uganda, Finn Church Aid defiende el Gran Mandamiento del amor al prójimo proporcionando formación laboral y educación a los refugiados del Congo (ODS 4: Educación de calidad).

En la India, la Fundación Bodhicitta adopta las enseñanzas budistas para poner fin al matrimonio infantil proporcionando a las niñas vulnerables de todos los orígenes religiosos vivienda, alojamiento y educación (ODS 5: Igualdad de género).

En Malawi, Khalsa Aid sigue el principio sij de servir a la humanidad para ayudar a las comunidades rurales a crear fuentes de agua sostenibles cerca de las iglesias y las mezquitas (ODS 6: Agua limpia y saneamiento).

En Estados Unidos, New Mexico Interfaith Power and Light moviliza a las comunidades religiosas para ayudar a las familias navajo a instalar paneles solares para la energía renovable (ODS 7: Energía Asequible y Limpia).

En México, los voluntarios de Hábitat para la Humanidad se guían por los principios cristianos de servicio, respeto y "amor en acción" mientras construyen viviendas seguras y adecuadas para familias cuyas vidas han sido devastadas por desastres naturales (ODS 11 Ciudades y Comunidades Sostenibles).

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Estas historias ilustran un hecho que a menudo se pasa por alto: que los agentes religiosos han estado trabajando durante décadas para hacer avanzar los ODS, incluso antes de que estos se formularan en 2015.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las comunidades religiosas y culturales pueden "contribuir de manera significativa a poner fin a la pobreza extrema, sin dejar a nadie atrás cuando se trata de abordar la pobreza multidimensional y los desafíos conexos, como los derechos de las mujeres, los jóvenes y las minorías, y el acceso a los servicios básicos".

Al mostrar las consecuencias que podrían tener para los responsables políticos en particular, el KAICIID pretende dar un nuevo impulso a los esfuerzos por alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, en particular a la luz del G-20, y abordar los desafíos mundiales compartidos.

En conjunto, los miembros del G20 representan alrededor del 80% de la producción económica mundial, dos tercios de la población mundial y tres cuartos del comercio internacional.

Los agentes religiosos también representan una fuerza poderosa en la prestación de servicios de desarrollo, especialmente la educación, la provisión de servicios y otros bienes no comerciales. Su impacto es significativo, pero mal calculado y, por lo tanto, a menudo subestimado. Algunos estudios sugieren que las organizaciones religiosas pueden ser el cuarto grupo de inversores más grande del mundo.

El KAICIID está trabajando para aprovechar estos recursos en torno a la visión compartida de la Agenda 2030, que se basa en objetivos comunes, con la gente y el planeta como ejes centrales. Los esfuerzos del Centro incluyen la sensibilización y la formación para ambas partes en materia de conocimientos religiosos y formulación de políticas.

"En el núcleo de su mandato, como organización intergubernamental, el KAICIID establece alianzas con un conjunto diverso de entidades de las Naciones Unidas, gobiernos, organizaciones intergubernamentales y la sociedad civil para promover y fortalecer la cooperación entre los responsables políticos y los agentes religiosos con miras a alcanzar los objetivos de la Agenda 2030", señaló el Embajador Álvaro Albacete, Secretario General Adjunto del KAICIID.

"Trabajamos con líderes religiosos y organizaciones confesionales para traducir los marcos de políticas y los ODS a niveles de base, a la vez que impulsamos la formación de los representantes políticos y religiosos, para que juntos puedan ser socios exitosos en los programas de desarrollo mundial".