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Los líderes interreligiosos del G20 hacen recomendaciones para afrontar la desigualdad estructural en América Latina

16 Septiembre 2020

La lucha contra la desigualdad, sobre todo en tiempos de pandemia, y la erradicación de la trata de personas formaban parte del orden del día de ayer, cuando decenas de líderes religiosos y representantes de grupos con sede en América Latina, organizaciones intergubernamentales, responsables políticos y expertos se reunieron de modo virtual para presentar sus recomendaciones antes del Foro Interreligioso del G20.

El Foro, cuyo periodo de inscripción ya está abierto, tendrá lugar en línea, transmitiendo desde Riad, Arabia Saudí, del 13 al 17 de octubre.

En la reunión virtual de ayer se presentaron las recomendaciones de cuatro grupos de trabajo encargados de analizar el modo de combatir los problemas sociales y económicos, mejorar la gobernanza y proteger el clima y los diversos ecosistemas de América Latina. Uno de los grupos de trabajo también realizó una serie de recomendaciones fundamentales sobre la forma en que las naciones del G-20 deberían responder a los desafíos que plantea la actual pandemia de COVID-19.

Mientras la pandemia de coronavirus se ha cobrado 900.000 vidas en todo el mundo y ha puesto de relieve la fragilidad de los sistemas de gobernanza en todo el mundo, la crisis ha profundizado aún más las desigualdades existentes en todos los países de América Latina, la región con más infecciones en el mundo.

Según informes recientes, el número de casos de coronavirus en América Latina superó la cifra de 8 millones, aunque hay indicios de que el virus se está propagando actualmente con mayor lentitud en algunos países. En los últimos días, el promedio diario de casos en la región ha disminuido a 67.173, desde los 80.512 en la semana anterior. Uno de los miembros del G20, Brasil, ha sufrido el peor brote de la región, registrando un total de 4,2 millones de infecciones y más de 128.000 muertes hasta la fecha.

El impacto del coronavirus en las economías latinoamericanas ha provocado la mayor crisis financiera que se recuerda. "El año 2020 es un año extraordinario para todos nosotros y ha desafiado y transformado el proceso del G20", dijo la profesora Katherine Marshall, miembro del Consejo Asesor del Foro Interreligioso del G20. "Esto es cierto tanto para los líderes de la Cumbre como para el Foro Interreligioso. El COVID-19 está alterando las idealistas agendas configuradas a principios de año, poniendo en primer plano las desigualdades en materia de salud, pero también otros problemas como el cambio climático, el sector informal, hasta la educación y la tecnología".

La reunión contó con la presencia del Embajador Guillermo Rodolfo Oliveri, Secretario de Culto del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina. "En circunstancias problemáticas, como la que estamos viviendo ahora en el mundo, los gobiernos tienen que estar dispuestos a colaborar permanentemente con las comunidades religiosas, porque son ellas las que, además de la atención espiritual, realizan tareas sociales muy necesarias", dijo.

Elías Szczytnicki, director de la Oficina Regional de Religiones por la Paz de América Latina y el Caribe, al presentar las recomendaciones sobre el cambio climático, aportó un ejemplo concreto de la contribución de los grupos religiosos a los problemas mundiales: "se está llevando a cabo una iniciativa interreligiosa en el Perú, Colombia y Brasil para proteger los bosques, mostrando de manera práctica las respuestas de las comunidades religiosas a este enorme desafío". En el contexto de los riesgos que enfrenta la Amazonia, que es compartida por nueve países y alberga la mayor biodiversidad del planeta, destacó que la salud de los bosques, las tierras y los ecosistemas es el núcleo de la propia salud humana. Una de las recomendaciones de este grupo fue fortalecer la gestión ambiental de los gobiernos locales, con la participación de la sociedad civil, para proteger y preservar los bosques del planeta, sus ecosistemas circundantes y los pueblos indígenas, que son sus cuidadores naturales.

Las recomendaciones de ayer al Foro Interreligioso del G20, presentadas por Jorge Knoblovits (presidente de la DAIA), Juan Navarro Floria (Consejo Argentino para la Libertad Religiosa, CALIR) y Elena López Ruf (Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio CREAS) también incluían la adopción de medidas destinadas a la erradicación de la trata de personas y la lucha contra la corrupción. Otras recomendaciones fueron institucionalizar, a nivel de la gobernanza mundial, nuevos mecanismos de cooperación que faciliten las señales de alerta temprana y promover la transparencia y el intercambio de información entre las distintas regiones para hacer frente a los problemas que, como la pandemia, tienen repercusiones a nivel mundial.

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