Al menos 24 personas han sido asesinadas a manos de hombres armados durante los servicios dominicales de una iglesia protestante en la provincia de Yagha, Burkina Faso. Aunque el ataque no fue reivindicado inmediatamente, éste es el último suceso del ciclo de violencia que tiene lugar contra los lugares sagrados en este país del África occidental.

En los últimos meses, los grupos terroristas han tratado de hacerse con el control de Burkina Faso provocando conflictos religiosos y étnicos. La semana pasada, en la provincia de Yagha, un pastor jubilado fue asesinado y otro pastor fue secuestrado por hombres armados, según los informes de los trabajadores sociales.

En respuesta a estos actos violentos, la Junta Directiva multirreligiosa del Centro de Diálogo Internacional (KAICIID) ha emitido la siguiente declaración:

"Condenamos el ataque contra la iglesia protestante de Burkina Faso y enviamos nuestras más sinceras condolencias a las víctimas y a sus familias. Estamos profundamente preocupados por el aumento de la violencia religiosa en el país y nos reafirmamos en que los lugares religiosos deben ser protegidos y que se debe permitir a la población de todas partes practicar su fe en paz, sin temor a la violencia o al derramamiento de sangre. No hay justificación para la violencia cometida en nombre de la religión. Cada uno de nosotros está llamado a practicar la comprensión, la tolerancia y el respeto en todos los asuntos relacionados con la libertad de religión o creencia".