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DISCURSO DEL SECRETARIO GENERAL EN EL ENCUENTRO INTERNACIONAL DE ORACIÓN PARA LA PAZ DE SANT'EGIDIO, EN MÜNSTER, ALEMANIA, EN SEPTIEMBRE DE 2017

14 Septiembre 2017

Eminencias, Excelencias, damas y caballeros.

Mis saludos cordiales a todos ustedes. Es un honor y un privilegio para mí participar en este encuentro tan importante. En particular, me gustaría felicitar a los organizadores por la elección de este lugar. Las ciudades en las que hoy nos reunimos son un gran ejemplo para lo que la gente puede esperar de sus líderes: cooperación, unidad y solidaridad como muestra de respeto y reconocimiento de nuestras diferencias.

Hoy nos encontramos ante multitud de conflictos violentos y retos distintos.

Hace varios años, el profesor Riccardi observó sabiamente que cuando somos testigos de conflictos violentos, vemos "la casa de nuestro vecino quemándose". Las casas se están quemando en África, en la región árabe, y en Asia.

Algunos de estos conflictos violentos son, por supuesto, militares. Pero hay otros retos, como la privación económica, los desplazamientos, la marginación, la ocupación, o el discurso del odio y la incitación a la violencia, por nombrar algunos. En determinados casos, estos retos son el resultado de conflictos militares, pero, en otros, son la causa de ellos.

Para nosotros, hoy y aquí tenemos dos preguntas importantes que hay que plantear:

¿Cuál es el papel de la religión en estos conflictos violentos, tanto en su origen como para su finalización?

¿Cuáles son los modos en los que podemos, juntos, dirigir estos conflictos violentos hacia el camino de la paz?

En resumen, ¿cómo pueden la religión y los líderes religiosos ayudar a que consigamos vivir todos juntos?

Últimamente es muy habitual escuchar que las religiones son causa de violencia. Esto no es ni útil ni constructivo. Cuando vemos los conflictos que suceden en todo el mundo, y en la historia mundial, podemos percibir rápidamente que es la manipulación religiosa o política la que lleva a los conflictos violentos. Esta misma manipulación de la religión también se ha usado para justificar la discriminación, la ocupación y las injusticias. alimentando a las personas en ese deseo de poder y representando una negación deliberada de nuestra diversidad fundamental. Hay 5.000 millones de personas en todo el mundo con una identidad religiosas definida.

La religión es una parte muy poderosa de cada uno de nosotros, de nuestra identidad. Y cuando sentimos que esta parte de nuestra identidad es atacada, nos vemos amenazados y reaccionamos de manera muy extrema.

Estos factores ocasionan que la religión se vea manipulada por aquellos que buscan la violencia con fines políticos para justificar sus crímenes, o aquellos que tienen una visión retorcida y equivocada de lo que es la fe.

Por todo esto, defender que es la mera existencia de la religión, y no la manipulación que se hace de ella, la que causa los conflictos, solo juega en su favor.

Por ejemplo, junto a nuestros socios, hemos llevado a cabo un estudio en Nigeria sobre las razones que llevan a la gente a unirse a Boko Haram. Y, al contrario de lo que se puede suponer, la mayoría de los entrevistados han dicho que no se radicalizaron en talleres, sino a través de sus amigos, familiares y otros vínculos sociales.

Esto me lleva a la segunda cuestión, la que resulta más importante para que respondamos los que aquí nos reunimos.

¿Qué se puede hacer?

La manipulación de la religión, o la tergiversación de la religión, está creando un círculo de desconfianza que necesita ser roto. Y esto es algo que tienen que llevar a cabo los líderes religiosos y los líderes en comunidades religiosas.

Tenemos que crear más y más ejemplos activos de diálogo interreligioso, de respeto mutuo y de cohesión social.

Estas experiencias contrarrestarán los mensajes de aquellos que buscan esconder la verdadera faceta de la religión. Y esto es algo que, por supuesto, están haciendo líderes religiosos de todo el mundo. Muchas de las personas en esta sala sirven, hoy mismo, como ejemplos perfectos de lo que son los embajadores del diálogo interreligioso.

Siempre me sobrecoge ver la dedicación al diálogo que tienen los líderes religiosos que conozco a través del trabajo del KAICIID. Desde nuestra fundación, en 2012, hemos encontrado y creado un montón de ejemplos de diálogo interreligioso en acción.

La Declaración de Viena que el KAICIID apoyó en 2014, o la Declaración de Atenas de 2015, son ejemplos de líderes religiosos uniéndose para proclamar con una voz única que la violencia en nombre de la religión es violencia CONTRA todas las religiones.

Han emitido un llamamiento para la convivencia común de musulmanes, cristianos y otros. Todas nuestras actividades en esta región del mundo se llevan a cabo bajo la enseña de la ciudadanía común y con base en la igualdad de derechos y responsabilidades.

En Myanmar, donde la violencia contra los musulmanes de Rohingya está desembocando en genocidio, podemos ver a aquellos que hablan contra la violencia en nombre de la religión

Uno de los promotores y formadores que el KAICIID apoya es un prominente monje budista que ha hablado públicamente en favor de tomar medidas contra otro famoso monje budista que es conocido por practicar el discurso del odio contra los musulmanes. Su valiente actitud es muestra de su creencia en el valor de la coexistencia entre musulmanes y budistas.

Hay ejemplos en todo el mundo en lo que respecta a diálogo interreligioso en acción. En educación, en medios sociales, en la construcción de la paz y en otros campos.

El trabajo de Sant'Egidio es un brillante ejemplo del poder de la cooperación y el respeto interreligioso, desarrollado discretamente por el bien de toda la humanidad.

En la región árabe, el KAICIID está convocando la primera red de facultades teológicas y de la sharía, cuyos miembros trabajan en el desarrollo de un currículum común sobre diálogo interreligioso. Nuestra esperanza es que la próxima generación de estudiosos y líderes de la región árabe contará con un conocimiento sobre el diálogo que puedan aplicar para lograr la paz, y para ser más activos promoviendo la ciudadanía común de todos los componentes de las sociedades árabes.

En Nigeria, nos sentimos orgullosos de apoyar los esfuerzos que realizan el cardenal Onaiyekan y el Sultán Sa'ad Abubakar (que hoy se encuentran entre nosotros), para fortalecer la cohesión social en el país, a través de una plataforma donde los practicantes de todas las religiones pueden cooperar en beneficio del país.

Creo que el diálogo interreligioso es una de las vías más importantes que tenemos hoy en día para lograr la paz. El diálogo es un antídoto eficaz contra el extremismo, los prejuicios, la indiferencia y la exclusión, y debemos educar a nuestros hijos, los futuros líderes e instituciones para que hagan uso de él.

El diálogo no necesita inversiones materiales, ni de infraestructura ni de movilización. El diálogo puede lograr los cambios a través de la gente con mente abierta, coraje y persistencia.

Pero es cierto que hay determinadas capacidades que pueden ser adquiridas a través de formación.

El desafío humanitario más inmediato que hemos observado en este siglo es un desplazamiento de una magnitud que no veíamos desde la última Guerra Mundial.

El diálogo ayuda a las personas a obtener un entendimiento más profundo de que las respuestas a los mayores desafíos no se pueden alcanzar cerrando mares, construyendo muros, creando miedo o enviando a la gente a los brazos de aquellos de los que huían.

Vivimos en unos tiempos cada vez más complejos. No podemos conformarnos solo con el diálogo interreligioso y la cooperación. Por lo tanto, me gustaría usar el tiempo que me queda con ustedes para reclamar otro camino a la paz, que no es otro que la cooperación entre los líderes religiosos y los políticos.

La organización que represento, el Centro de Diálogo KAICIID, está específicamente enfocada en la ayuda para conseguir este camino. Como muchos de ustedes ya saben, somos la única organización internacional gobernada tanto por Estados como por líderes religiosos.

Ha habido algunos avances en esta dirección. Por ejemplo, aquí en Alemania, nos hemos aliado con la Alianza Internacional para el Desarrollo Sostenible y la Religión, que busca aprovechar el poder de la religión en el desarrollo.

También hemos presentado en julio, junto a las Naciones Unidas, el primer plan de acción específicamente diseñado para líderes religiosos que intentan prevenir el discurso del odio y la incitación a la violencia. El discurso del odio y la incitación son un gran obstáculo para el desarrollo de la cultura de una convivencia común. Tenemos que estar atentos para prevenir este discurso de odio e incitación.

Pero hacen falta muchas otras cosas para conseguir que todos nosotros, líderes religiosos y políticos, sigamos trabajando hacia las mismas metas, aplicando nuestras fuerzas de un modo eficaz, y evitando la duplicación de nuestros esfuerzos. Solo trabajando juntos podremos lograr derrotar al terrorismo, a la pobreza y al odio.

Hago una invitación conjunta para reflexionar sobre medios concretos para la cooperación, como, por ejemplo, un encuentro entre líderes religiosos y políticos para tratar el papel de la religión en los temas relacionados con el reto de integrar a los refugiados y a los inmigrantes en las sociedades europeas.

En febrero de 2018 convocaremos un encuentro en Viena para revisar nuestros progresos en el apoyo al diálogo como medio de preservación de la diversidad en la región árabe. Estamos trabajando intensamente para presentar una plataforma para la cooperación entre líderes religiosos y políticos en distintas partes del mundo.

Permítanme concluir buscando su apoyo en este proyecto. Un proyecto que es y debería ser ambicioso y optimista. Espero que, en los próximos años, podamos seguir construyendo puentes entre líderes religiosos y políticos, así como en las comunidades internacionales y las organizaciones civiles y sociales. Les deseo todo lo mejor en su trabajo y, una vez más, agradezco a los organizadores por su compromiso con la paz y el diálogo.

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