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Becado del KAICIID recuerda al rabino Lord Jonathan Sacks

13 Noviembre 2020

 

El rabino Alex Goldberg es Decano de Vida Religiosa y Creencias de la Universidad de Surrey y becado del KAICIID en 2015. Fue discípulo y estudiante del rabino Lord Sacks.

El rabino jefe Lord Sacks fue mi mentor y mi maestro. Me animó a entrar en el rabinato y su firma está en mi certificado de ordenación.

Quizá ninguna otra figura religiosa en mi vida ha influido tanto en el discurso público dentro de Gran Bretaña como lo ha hecho él en los últimos 40 años. El rabino Sacks fue escritor, pensador, divulgador y líder de la comunidad judía ortodoxa en la Commonwealth británica y más allá. De hecho, cuando Gran Bretaña se retiró de Hong Kong, en 1997, la comunidad local le pidió que permaneciera como su Rabino Principal. Sus escritos se tradujeron en políticas públicas en el Reino Unido, sobre todo en la cuestión de cómo integrar y reunir a individuos y comunidades de diversos orígenes religiosos y étnicos de la mejor manera.

Nacido en el sur de Londres en 1948, Jonathan Sacks se educó en Gonville y en el Caius College de la Universidad de Cambridge, donde obtuvo una licenciatura con matrícula de honor en Filosofía. A menudo describe cómo tuvo un despertar como resultado de la Guerra de los Seis Días en 1967 y viajó a América para conocer a varios rabinos: al hacerlo, se encontró con el Rebe Menachem Schneerson, de Lubavitcher, que fue una gran influencia para él durante toda su vida. Fue este rabino quien lo convenció de entrar en el rabinato. Sacks se las arregló para lidiar a la vez con la universidad y el mundo rabínico, obteniendo tanto la ordenación rabínica como su doctorado en Londres. Y desarrolló su carrera sin problemas, tendiendo puentes entre el mundo del rabinato, los estudios y la vida pública.

Fue como Rabino Jefe de la Commonwealth Británica cuando adquirió mayor relevancia en Gran Bretaña y se hizo ampliamente conocido por millones de personas a través de sus escritos y sus frecuentes emisiones a millones de personas en el programa de la BBC "Pensamiento del día". Fue un defensor de la mejora en las relaciones comunitarias: sus puntos de vista al respecto están expuestos en varios libros, como Dignity of Difference, The Home We Build Together y Not In God’s Name. Sus obras presentaron una visión del mundo y una filosofía que veía espacio para la diversidad y la diferencia: en términos teológicos creía que D--s tenía pactos particulares y universales (y bendiciones) con diferentes grupos y con la humanidad en su conjunto. Para él, la sociedad estaba amenazada tanto por el individualismo excesivo como por el posible totalitarismo: veía una sociedad libre en la que las comunidades cooperaban entre sí dentro de la esfera de la sociedad civil como un freno a ambos excesos.

Sus ideas reajustaron las nociones de cómo se podía hacer el trabajo interreligioso e intercultural en el Reino Unido, ideas que fueron adoptadas como política pública por el Gobierno. Sacks explica mejor esta idea al describir cómo las diferentes creencias pueden traer la paz de la mejor manera: "Hay dos maneras diferentes. Una es cara a cara, haciendo el diálogo, compartiendo nuestras respectivas creencias, pero es un proceso largo y lento, llevado a cabo por personas raras y especiales, y puede ser fácilmente deshecho. La otra es lo que yo llamo lado a lado, que ocurre cuando personas de diferentes creencias, en lugar de hablar juntos, realizan juntos una acción social, reconociendo que cualquiera que sea nuestra fe, seguimos necesitando comida, refugio, seguridad y protección. Nuestra humanidad básica precede a nuestras diferencias religiosas".

Yo, personalmente, lo recordaré como mi maestro. A veces debatíamos. Él lo fomentaba incluso cuando yo pensaba que no tenía nada más que decir. Recuerdo haber cenado con él en la Universidad de Surrey cuando trabajaba para el Gobierno sobre temas de relaciones comunitarias. Me preguntó sobre la teoría detrás del trabajo que hice al intervenir en comunidades que experimentaban altos niveles de tensión y cómo promovíamos la cohesión e integración de la comunidad. Pasé los siguientes cinco minutos exponiendo tanto el pensamiento académico como las realidades prácticas en torno al trabajo que estábamos haciendo sobre el terreno. Cuando terminé, se detuvo para recostarse en su silla: "Muy bien" dijo "Ahora amplíen esto". Este desafío fue el que me llevó a mi relación con el KAICIID.

Echaré de menos nuestras discusiones e intercambios, que en su mayoría eran sobre temas filosóficos y sociales: el rabino en la esfera pública. Como él me dijo: "Escribí los libros para que todos pudieran aprender". Deja atrás más de 20 libros, incontables horas de emisiones y charlas. Así que, aunque se ha ido y hay un enorme agujero donde una vez estuvo, todavía tiene mucho más que enseñarme.

 

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