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El discurso del odio “lo convierte todo en un arma, incluso la religión"

6 Noviembre 2019

La semana pasada, se reunieron en Viena durante dos días casi 200 destacados líderes religiosos, teólogos, diplomáticos y representantes de organizaciones intergubernamentales y de ONG de todo el mundo para intercambiar ideas y debatir sobre cómo abordar el discurso del odio a través del diálogo y nuevas políticas.

La conferencia “El poder de la palabra: La función de la religión, los medios de comunicación y la política para hacer frente al discurso del odio”, organizada por el Centro Internacional de Diálogo (KAICIID), hizo un llamamiento a la investigación especializada y reunió el testimonio personal de los delegados de decenas de países, como los Estados Unidos, el Líbano, Irak, Egipto, Bahréin, Arabia Saudí, Jordania, los Países Bajos y el Reino Unido.

Entre los distinguidos líderes políticos y religiosos que intervinieron y participaron en las mesas redondas celebradas en el Grand Hotel, Viena, se contaron Heinz Fischer, expresidente de la República de Austria, Ján Figel, Enviado Especial para la promoción de la libertad religiosa o de creencias fuera de la Unión Europea, el Cardenal Miguel Ayuso Guixot, Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, y el Sheij Dr. Shawki Ibrahim Allam, Gran Muftí de Egipto.

La conferencia, que se pudo seguir por Internet con la etiqueta #stopH8speech, se centró principalmente en testimonios y aportaciones procedentes de la región árabe, que incluyeron las voces de las comunidades cristiana, drusa, judía, musulmana y yazidí. Desde hace mucho tiempo, el discurso del odio se ha considerado como un catalizador de la discordia y la hostilidad en distintas zonas de la región árabe y otros lugares distantes. La conferencia “El poder de la palabra” surge como respuesta al Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre el discurso del odio presentado a principios de este año.

Durante el primer día de la conferencia, el expresidente de Austria, Heinz Fischer, habló sobre las desastrosas consecuencias del discurso del odio en las sociedades de todo el mundo. “Los medios sociales son casi una invitación a usar un lenguaje duro y agresivo”, afirmó. “Son parcialmente anónimos y se ha demostrado que amparan cada vez más agresiones verbales; el lenguaje, las expresiones y el discurso del odio pueden tener repercusiones catastróficas en determinadas circunstancias. Y esto no es solo una opinión personal, es una opinión generalizada, que comparten la Comisión Europea y el Secretario General de las Naciones Unidas: el discurso del odio es un peligro y un problema”.

Adama Dieng, el Asesor Especial ante el Secretario General de las Naciones Unidas para la prevención del genocidio, firmó otra intervención llena de fuerza y emotividad en la que destacó que el discurso del odio arremete contra los valores humanos universales. “Debemos tener presente que el discurso del odio es un ataque a la diversidad”, explicó. “Es un ataque a la tolerancia, a la paz, a los principios y valores que vertebran la carta fundacional de las Naciones Unidas. Y a los mismos valores que encontramos en todas y cada una de las religiones”.

El elenco de líderes religiosos que asistieron a la conferencia se completó con personalidades como Elizabeta Kitanovic, Secretaria Ejecutiva de la Conferencia de Iglesias Europeas, Sultan Saad Qahtani, Redactor Jefe del Riyadh Post, y Abdullah Al-Fawzan, Vicepresidente y Secretario General del Centro para el Diálogo Nacional Rey Abdul Aziz.

Durante los debates sobre las estrategias que podrían usar los líderes religiosos para hacer frente al discurso del odio y sobre la función que podrían desempeñar los medios de comunicación para prevenir la propagación de la intolerancia, los participantes recurrieron a su experiencia sobre el terreno en países como Túnez, Italia, Marruecos, Egipto y Arabia Saudí y a sus vivencias como objetivo de ataques en los medios sociales. “El discurso del odio genera resentimiento, ira y deseos de venganza”, afirmó Ahmed Abbadi, Secretario General de la Liga Mohammedia de los Ulemas de Marruecos. “Provoca miedo al Otro y a los otros en general. Lo convierte todo en un arma, incluso la religión”.

Como sucede en otras regiones de todo el mundo, en los países europeos están aumentando las denuncias por delitos de odio. Por ejemplo, según las últimas cifras oficiales, en el Reino Unido los delitos de odio denunciados a la policía ya son más del doble que en 2013. La mayoría de los delitos de odio registrados por las fuerzas policiales en Inglaterra y Gales fueron de naturaleza racial. Si bien, según el Ministerio de Interior británico, este ascenso puede explicarse parcialmente debido a las mejoras en el sistema de registro de delitos, hay una parte del incremento del último año que podría reflejar un “crecimiento real” de los delitos de odio.

En la conferencia “El poder de la palabra”, los asistentes subrayaron la importancia de entender los derechos de las víctimas. Klára Kalibová, abogada, analista especializada en discurso del odio y miembro de la Red Internacional de Estudios sobre el Odio, lo explicó así: “Me gustaría incidir en las necesidades de las víctimas, es primordial que le demos una perspectiva individual a este debate ya que el discurso del odio puede ser extremadamente dañino. Varias investigaciones han demostrado que las víctimas de delitos de odio son más proclives a padecer trastornos por estrés postraumático que las personas que sufren otros delitos. Por eso el discurso del odio es un delito en determinadas circunstancias, cuando difama a los países, a una religión o a grupos étnicos. También constituye un delito cuando incita a la violencia contra un individuo o un grupo de personas”.

Al tiempo que aumenta la edad media de los usuarios de Twitter y Facebook, nuevas plataformas de medios sociales como TikTok atraen a grupos más jóvenes. Alessandra Coppola, que dirige una campaña del Consejo de Europa denominada No Hate Speech, abordó tanto las oportunidades que ofrecen las plataformas digitales como la importancia de usarlas de forma responsable.

“Los nuevos medios de comunicación nos dan a todos la posibilidad de expresarnos, de participar de forma igualitaria en la sociedad”, afirmó. “Cada uno de nosotros puede convertirse en productor, en autor o en escritor, lo que nos abre todo un mundo de oportunidades. Pero también tienen un lado oscuro. Este emerge cuando, en lugar de usar estos medios para tender puentes y fomentar el diálogo, los utilizamos para librar otro tipo de guerras: en línea”.

A lo largo de varios talleres y debates, los ponentes reiteraron los valores universales de la tolerancia y la educación. “Estamos aquí como representantes de nuestras tradiciones religiosas, tenemos que cumplir con nuestras obligaciones. Estas incluyen enseñar a nuestros jóvenes a no utilizar el lenguaje de los estereotipos, de los prejuicios y del fanatismo”, concluyó el Gran Rabino David Rosen del Comité Judío Americano y miembro de la Junta del KAICIID.

Para finalizar la conferencia, el KAICIID anunció la asignación de 1,5 millones de euros para financiar en 2020 los programas mundiales del Centro destinados a hacer frente al aumento del discurso del odio.